A la alegría hay que construirle una fortaleza y apelar al ejército más bravo para que la defienda. La alegría no es frágil, pero sí recibe los embates más despiadados por realidades que duelen, escenarios que ni siquiera existen y a lo mejor no existirán nunca o por pasados que torturan y no han sanado.
A la alegría hay que cuidarla mucho y no soltarla, abrazarla con brazos suaves y como acariciando, hay que nutrirla con sonrisas naturales y si no hay motivo, entonces sonrisas inventadas, porque las sonrisas tienen una conexión particular con el corazón e inmediatamente lo reaniman.
La tristeza es implacable, su fuerza es devastadora y cruel, no le importa nada, se difraza de mil formas y es capaz de filtrase como el agua y golpear como las rocas. La tristeza es necia y aun cuando parece que se ha ido, de pronto regresa.
Por eso a la alegría hay que construirle siempre una fortaleza que la abrace y nunca la suelte, que la haga más fuerte que la circunstancia más triste y el panorama más desaentador porque la tristeza hunde y no deja caminar y la alegría es siempre impulso.
Todo lo que perciben nuestros sentidos debe tener un toque especial; cada experiencia que llega a nuestros sentidos debe tener algo que nos haga recordarla, que le imprima emoción. No es lo mismo escuchar una canción así nomás, que escucharla con alguien especial, en un momento determinado eso hará que se quede grabada en nuesta memoria y cada vez que la escuchemos vendrá a nuestra memoria la imagen de esa persona o ese momento y estarán por siempre relacionadas. Por eso la música de los novios en una boda, la música en la entrega de un anillo de compromiso y eso cuando es planeado, porque a veces es meramente circunstancial. ¿Qué te recuerda (mexicanos nacidos antes de los 90's) la música de "La Culebra"? por ejemplo.
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Aromas y sabores que traen recuerdos
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Las imagenes que atrapamos en las fotos se vuelven especiales por el momento en que fueron tomadas, por lo que estábamos viviendo en ese instante que hará que, cuando las veamos de nuevo, nos traigan a la memoria recuerdos para volver a vivir las emociones de entonces. Así las texturas, los demás sonidos, los sabores, los olores.
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Música y recuerdos. Obvio mis mejores recuerdos siempre con la música de MARCO ANTONIO SOLÍS
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Todo lo que experimenten nuestros sentidos en lo que haya impresa una emoción lo podremos volver a vivir. Tristeza, alegría, enojo, sorpresa, la emoción que sea pero que te recuerde que estás vivo, saborealo y si es un momento de felicidad, grábatelo bien en la memoria y riéte cuando lo necesites o siente de nuevo cosquillitas y mariposas en el estómago, disfruta y cuando no tengas a alguien cerca para un abrazoo, finalmente te tienes a ti y a tu historia.
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