"Happy" ¿alguien puede ser de verdad muy feliz, molestamente feliz?. Cuando la vida toma su curso y sientes que eres feliz, llega alguien y te cuestiona ¡pum!. Una obra de emociones que obliga a reflexionar sobre la fragilidad de la condición que nos hemos impuesto, como la de ser feliz en este caso. ¿Elegimos voluntariamente nuestro camino o nos acomodamos a la realidad?, ¿se puede ser feliz sin cuestionar la realidad y aceptándola como viene?.
Un estupendo trabajo de Pablo Perroni, Yuriria del Valle (alternando), Pablo Bracho, Ana González Bello y María Panella, dirigidos por Angélica Roel. Cada personaje juega un papel determinante y cada uno ve la vida desde un punto de vista completamente diferentey por ende cada uno tiene su propia definición de felicidad o por lo menos la busca.
Los lunes a las 8:30 pm en el teatro Milán en el Foro Lucerna, Pablo Perroni presenta "Happy" de Robert Caisley.
En esta sociedad cada vez más deshumanizada, en la que la cantidad de muertos por violencia endurecen el corazón o lo vuelven sordo para que no duela, todo esfuerzo por frenarla, por combatirla, por prevenirla se recibe con los brazos abiertos. Cuando ese esfuerzo es además presentado en una puesta en escena como "LA ÚLTIMA PALABRA", entonces el eco es más fuerte, contundente. El autor Luis Agustoni dice que "llamamos "violencia de género" al sometimiento sexual y personal de las mujeres, con la protección de podr público y el consenso general", aunque a esta definición, continua, se oponga una la legislación imperante, las organizaciones que luchan por defender a las víctimas y proteger sus derechos". "LA ÚLTIMA PALABRA" es una manera de enfrentar a víctimas y victimarios al problema y la necesidad imperativa de seguir combatiendo el problema.
En el teatro Milán, es un espacio de buen teatro que presenta a un elenco de primera que representa diferentes puntos de vista con respecto a la culpabilidad o no de una mujer que actúa depués de años de padecer violencia por parte de su pareja. En una sociedad como la mexicana en la que los comentarios y actitudes discriminatorias, no solo contra las mujeres, sino contra todos los miembros de la sociedad son toleradas, se debate sobre la justicia y el castigo, sobre el sistema penitenciario mexicano y el derecho de llevar una vida libre de violencia.
Roberto D'Amico, Pablo Perroni, Víctor Huggo Martín y Adriana Llabrés hacen un trabajo impecable, apasionado, comprometido, muy claro que nutre al público y lo lleva de la mano a la reflexión. Dirigidos por Angélica Aragón y Julio Arroyo, asistente de dirección.
La temporada es del 8 al 26 de septiembre, todos los lunes a las 6pm y 8:30pm, en el teatro Milán.
Yo nomás acotaría, lo que he afirimado siempre y sostengo: la sociedad no puede ni debe seguir agrupandose por género, preferencia, edades, razas o nacionalidades; solo en la medida que entendamos que somos escencialmente iguales e individualmente diferentes aprenderemos a respetarnos. La VIOLENCIA en general debe parar, porque en México no solo se matan mujeres a manos de hombres, en México se matan niños a manos de adultos, mujere a mujeres y hombres a hombres, vivimos una VIOLENCIA generalizada en la que en medios de comunicación (telenovelas, series, caricaturas, películas) se festeja y de disfrutan los crímenes y las agresiones pero se censuran formas de vestir, de hablar, se censuran las escenas de amor, de pasión y se segrega y se sospecha del los que la sociedad no considera que pertenecen. Así si vamos a acabar con la VIOLENCIA, que sea con toda.
Ahora que en Televisa inician las series, que son producciones más cortas que las telenovelas, requerirá de más y diferentes rostros para no ser repetitivos en sus elenco.
Si Televisa tiene la política de no contratar elenco que viene de televisoras como Azteca y Telemundo (aunque de esta última se transmitan las producciones en Galavisión).
No a todos los actores de cine y teatro les gusta trabajar en un foro durante meses o simplemente no les atrae el formato de televisión.
Los actores siguen teniendo que ser parte de una sola televisora y si tienen la suerte de ser "exclusivos" de los favoritos, podrán pasar temporadas sin trabajar recibiendo un sueldo, pero eso no es el común denominador y muchos permanecen atados sin poder aceptar proyectos en otros lado y mal pasandola para poder conservar lo que tienen.
¿No sería mejor para la industria en general que los actores y actrices fueran libres de elegir en dónde trabajar sin etiquetas?, claro que respetando los tiempos de cada empresa, no trabajando en dos proyectos simultáneos, ni empalmando tiempo, es decir, usando el sentido común.