Que el fin de la vida nos encuentre vivos; dormidos o despiertos pero vivos, que una descarga de energía invada nuestros sentidos y reviva en el cuerpo todas las emociones que hemos vivido, las que nos hicieron llorar lágrimas inagotables y las que nos inundaron de alegría infinita.
Por lo menos a mi, es como me gustaría que me sorprendiera el fin de la vida. Y que en el último suspiro esté profundamente enamorada de la última caricia y suspirando por un beso robado de esos que enamoran y se adueñan de la mente.
A veces creo q la vida pone trampas, como la de los osos en los bosques y si no te fijas caes en situaciones o relaciones que nomás lastiman. Yo quiero vivir libre y terminar libre, que no me atrapen pensamientos negativos, ni angustias, ni obsesiones; no quiero que me contagien del virus de la destrucción, ese que portan las almas oscuras que gozan de la desgracia de los otros, disfrutan su dolor y festejan el fracaso ajeno ajeno como si fuera un triunfo propio.
Que me encuentre el final de la vida con el alma lo más limpia que pueda y si pudiera, transparente y que me de tiempo de pedir perdón y perdonar, abrazar y recibir muchos abrazos, de compartir besos y miradas amorosas.
Así quiero que me sorprenda el final de la vida y no se cuándo llegue y no se cuánto falte, tampoco se en dónde, ni con quién o tal vez sola, solo quiero tener el alma en paz y en la memoria los mejores recuerdos.
Durante la época previa a las fiestas de diciembre y la temporada navideña es común escuchar, además de todas la ofertas para comprar regalos, frases como "el amor no se compra", "hay que dar esperar nada a cambio", "lo valioso no está en lo material" y otras que se nos puedan ocurrir sobre la marcha. Tan cierto es que algunos esperan algo material, como ciertas las frases que invitan a demostrar el afecto de otra manera, a todos nos gusta saber que se acuerdan de nosotros.
Finamente, el significado de un regalo es demostrarle a una persona que está presente, que existe en nuestra vida y que si bien no siempre frecuentamos a los que queremos, sí los tenemos en nuestra mente. Los regalos materiales pierden valor cuando se compran y se entregan sin el fin más importante que es el de hacer sentir bien a quien lo recibe. Y me explico: un regalo material, por lo menos así lo hago yo, se elige sabiendo lo que la persona que lo va a recibir necesita, quiere, desea o anhela y no solo en Navidad y cumpleaños, sino en cualquier época del año. ESE ES EL SECRETO 1.
SECRETO 2: este es el secreto más importante. Pensar en los demás, elegir algo para ellos, tenerlos en mente y buscar hacerlos felices, NO SIGNIFICA NUNCA que ellos van a actuar de la misma manera. Es un error gravísimo y que lastima mucho. Cuando se da un regalo, material o no, lo único que se debe esperar es satisfacer a los demás, otra cosa sería convertiría nuestro regalo y dejaría de ser desinteresado, como debe ser.
ASÍ SON LOS REGALOS, ASÍ DEBEN SER LOS REGALOS