LAS SEÑALES DE LA VIDA
Pueden creerlo o no, pero la vida nos da señales que mucha veces ignoramos aunque sean evidentes. En ocasiones son sutiles y las dejamos pasar, pero poco a poco se hacen más presentes, a veces nos detenemos a analizar y otras veces las pasamos por alto. No es una cuestión de mágia o de superstición, es solo que las cosas fluyen cuando encuentras el camino y no lo hacen o se vuelven difíciles cuando se llena de obstáculos. Y una cosa es que sepamos que la vida no es fácil y otra muy diferente que queramos luchar contra circunstancias que están por encima de nosotros.
Y me refiero a lo siguiente: existen dos formas de que las cosas sucedan, una de ella es fluyendo de manera natrual con uno que otro problema y la otra es atorándose desde el primer momento y en este segundo caso es en el que hay que poner atención.
Cuando queremos llevar a cabo un plan o proyecto como cambiarnos de casa, viajar, organizar una fiesta, iniciar un negocio, tener una relación, etc… lo desarrollamos paso a paso, meticulosamente o a lo mejor nada más siguiendo un cierto orden lógico, la cosas fluyen de manera natural o pueden llegar a complicarse en algún momento pero no de manera significativa, los problemas se solucionan y se puede seguir hasta que se llega a la meta.
Sin embargo otras veces proyectos o planes que queremos llevar a cabo, desde el inicio empiezan a tener complicaciones y cada paso que se da significa un problema y si no hay un problema, se atraviesa una enfermedad, un accidente, una llamada que interrumpe un momento decisivo y ahí es en donde debemos poner atención. Así como cuando las cosas fluyen y todo parece indicar que es el momento indicado y ciertas casualidades que no esperábamos llegan a deschacer conflictos o facilitar las cosas o de pronto aparecen personas en nuestra vida que por alguna razón son clave para que las cosas salgan bien; cuando las cosas no deben ser o parece que es mejor no hacerlas, sucede todo lo contrario. Ese es el momento de poner atención y reconsiderar las cosas, poner en una balanza cuánto de nuestro tiempo, salud física y mental, patrimonio, armonía en nuestras relaciones de cualquier tipo vale la pena sacrificar por un proyecto y qué beneficios reales le va a traer a nuestra vida.
Y si de verdad sabes que algo vale la pena, entonces no desistas y luchas hasta conseguirlo.