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EL LUSTRADOR LLEGÓ AL EXTREMO

agosto 3rd, 2016 No comments

ZAPATOSJosé Juan el lustrador de calzado había descubierto en el capítulo anterior que la adulación era una herramienta que podría usar para escalar en su oficio, ahora se dedicaría a afinar su destreza para ser finalmente el mejor y dejar atrás a todos aquellos competidores que también lustraban zapatos hincados ante los grandes y no tan grandes señores de traje. 

Puso en marcha lo aprendido y cada vez que le pedía su opinión mientras lustraba zapatos, procuraba hacer una observación "audaz" como sugerir un insignificante cambio (recordemos que su preparación era limitada y por lo tanto su visión también) pero básicamente se deshacía en halagos y cariñitos al ego de los señores de traje que cada vez que estaban dudosos de su trabajo o pensaban que habían hecho algo mal, se acercaban a José Juan para sentirse mejor.  Sabían dentro de ellos que las cosas estaban mal, pero les gustaba engañarse un poquito. 

El gusto le duró muy poco a José Juan porque sus compañeros, también lustradores de zapatos, se dieron cuenta de su táctica y comenzaron también a adular.   La competencia entre ellos creció y más cuando los señores de traje comenzaron a dar propinas y regalos con tal de escuchar palabas bellas aunque fueran mentira.   Algo tenía que inventar José Juan, sabía que era el más talentoso lustrador de calzado y no podía dejar que "le ganaran el mandado". 

Lo pensó toda la noche, pulió la idea, sabía que pocos se atreverían a hacer lo que a él se le había ocurrido, pero valía la pena a cambio de las propinas que para sus estándares eran altísimas.  Llegó la hora y se presentó, vio a sus compañeros con una mirada retadora e inició su trabajo…. Con la excusa de que el señor de traje en turno tenía una mancha en el zapato izquierdo que no salía, ante la mirada de sus compañeros y otros señores de traje que esperaban su turno, lamió con su lengua el zapato del señor.   Silencio total y de pronto un "¡¡¡oooohhhh!!!" el señor de traje a quien le había lamido el zapato miraba asombrado los resultados, sus zapatos habían quedado estupendos y le pidió que de ahora en adelante siguiera haciendo lo mismo cada vez que le tocara el servicio.   No a todos los señores de traje les gustó el método y algunos decidieron suspender el servicio, mientras que otros se conformarían con el servicio habitual.   A José Juan no le importó, con las propinas que ganaría con este nuevo método se compensarían los clientes perdidos.

José Juan llegó a su casa emocionado a platicarles de su nuevo sistema de boleo de calzado y cuanto terminó, el padre que lo había criado con grandes esperanzas de verlo convertido en un gran hombre le dijo con enojo y tristeza: "debes tener mucha hambra para vender así tu dignidad". 

CONTINUARÁ

EL LUSTRADOR DE CALZADO parte 5

julio 21st, 2016 No comments

En el capítulo anterior, el LUSTRADOR DE CALZADO descubrió a otros lustadores de calzado….

EL LUSTRADOR DE CALZADO se había dado cuenta de que no sería sencillo, había competencia y otros lustradores de calzado ya habían logrado entrar en el mundo de los señores elegantes y también escuchaban pláticas e historias que podrían beneficiarles o por lo menos entretenerlos.   José Juan nuestro lustrador sabía que tenía que esforzarse mucho más, buscar el modo de destacar y con su escasa preparación comenzó a pensar en una estrategia. 

¡¡Finalmente se le ocurrió una gran idea!!.  Empezaba a conocer las historias, sabía que entre aquellos señores elegantes existía, a pesar de la aparente camaradería con la que se trataban, una feroz competencia.  Todos se esforzaban por presentar el mejor proyecto a la compañía y por lo tanto pedían opiniones sobre sus trabajos y proyectos a quienes se encontraban en el camino, al margen de que fueran especialistas o no, les interesaba saber si causaban alguna reacción y sí así era, necesitaban saber si era buena o mala.   Decidió ser que se presentaría oportunamente cuando alguien quisiera una opinión, era la oportunidad de hacer algo bueno y mejor con el oficio que él había elegido que era el de  lustrar zapatos.

Llegó su oportunidad y el primero, un hombre de mediana estatura, traje azul y que hablaba mucho en aquellas juntas que él presenciaba mientras realizaba su tarabajo, necesitaba mostrarle a alguien lo que presentaría ese día.  José Juan buscó la manera de atraversarse en su camino y se ofreció a ayudarle a cargar sus cosas mientras le preguntaba, sabiendo la respuesta,  si tenía tenía algún proyecto  próximo.  El hombre de traje azul le dijo que sí y que le preocupaba estar haciendo lo correcto; por supuesto José Juan nuestro querido lustrador se ofreció a "echarle un ojo" pero sabía que su precaria preparación académica apenas le alcanzaba para leer y para salir bien librado le dijo al hombre de traje azul que a él le parecía que todo estaba bien a secas pero aderezó afirmando  que con lo que lo había escuchado hanalizando proyectosablar en las juntas, le parecía un hombre brillante, destacado, sobresaliente y casi casi un genio; además le contó que desde muy pequeño había leído cientos de historias y se había familiarizado con todo tipo de trabajo creativo, no se atrevió a decirle que su pasión siempre fue lustrar zapatos a pesar de los efuerzos de su familia adoptiva por darle una mejor educación.

  El hombre del traje azul quedó impresionado con el "historial" del lustrador de zapatos pero sobre todo, muy cómodo con la serie de halagos que recibió de su parte y es que siempre había sido un hombre muy inseguro y que alguien le dijera lo maravilloso que era, para él era un bálsamo de paz.  Le pidió que le dijera más acerca de lo que él le acababa de presentar.   

¡¡¡De aquí soy!!! y ¡¡esta es la mía!! fueron las dos cosas que pensó José Juan y rápidamente decidió cómo manejaría la situación para su mayor beneficio.  ADULACIÓN esa era la palabra clave, con eso se ganaría al aprecio del hombre de traje azul, la confianza ya la había conseguido con la falsa historia que le había contado.   Ese día José Juan no recibió nada más que las gracias pero se fue feliz a su casa por la satisfacción de haber conseguido acercarse más a ese admirado grupo de hombres elegantes.  Ya era amigo de uno y ahora le cargaría el portafolio y lo escoltaría hasta su oficina todos los días.  

continuará…..

 

 

EL LUSTRADOR DE ZAPATOS, parte 3 – Buenos amigos

julio 4th, 2016 No comments

HACIENDO BUENOS AMIGOS…

Todos lo que conocían y querían a José Juan sabían que era feliz especializándose en ese don con el que había nacido, afinando esa destreza que la vida le había regalado para lustrar zapatos; sabían que estaba dejando atrás el resto de su educación y que en un futuro eso podría afectar en su oficio, pero lo veían tan feliz que no le  insistían mucho ni siquiera en leer un libro, vaya una librito de 50 páginas. 

Zapatos

El lustrador conoció más y más gente que salía del edificio del corporativo afuera del cual ya llevaba unos buenos meses, a algunos nada más los conocía por el nombre, otros lo saludaban y uno que otro se paraban a pedirle un servicio.  En cada boleada José Juan se esmeraba e iniciaba una plática que en la que escuchaba absorto lo que el cliente le contaba, no importaba lo que fuera, casi todo para él era digno de admiración que afirmaba con expresiones como ¡¡oooh!! ¡¡aahh!!.  Aveces lo que le contaban, por muy destacados que fueran los personajes o clientes, no tenía ningún tipo particularidad ni resultaban intersantes pero aun así se mostraba sorprendido y halagaba con cometarios como ¡¡maravilloso!!, ¡¡increíble!!, ¡¡grandioso!!, ¡¡glorioso!!, etc y descubiró algo: entre más énfasis hacía en sus expresiones de admiración, más propina le daba el cliente.  Se dio cuenta del poder de la adulación y lo mucho que podría ganar con ella.   

Una noche, cuando ya estaba dispuesto a dormir, se quedó pensando en cuánto más podría lograr, había encontrado la puerta para expandir su negocio.   Si lograba hacer de sus clientes "buenos amigos" lograría entrar al edificio del corporativo a lustrar zapatos y ganaría más, pero sobre todo, se sentiría parte de ese mundo y conocería muchas historias que después podría contar a quienes lo quisieran escuchar.   Empezó  a soñar. 

 

Continuará…

CONOCIENDO HISTORIAS….