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¿IBA POR EL BUEN CAMINO? el lustrador de calzado

noviembre 29th, 2016 No comments

"debes tener mucha hambra para vender así tu dignidad"  

chocolate con su abuelitaEl impacto del comentario que había recibido por parte de sus familiares y amigos  fue tan fuerte que José Juan hizo un examen de conciencia, para esos momentos todavía tenía un poco y pensó en una mejor manera de ganarse los favores y reconocimiento de los señores de traje a quienes les lustraba los zapatos con tanto gusto y de competir con otros lustradores de zapatos que procuraban ser más discretos en su servilsmo, perdón, en su servicio.  

Tomó unas vacaciones (por eso no había escrito yo la historia) en casa de su abuelita que le tejía unas bufandas muy bonitas con puntada de arroz que él lucía mucho y procuraba que todos las vieran para provocar envidia; nadie lo envidiaba pero él creía que esas miradas curiosas eran por eso y entonces era feliz, suponía  que todos querían una bufanda de su abuelita.  Pero vayamos al punto, todas las tardes se tomaba atole con tamalitos al lado de la mecedora de su abuelita que lo escuchaba (era un poco sorda, pero sabía fingir, había aprendido con los años) sin pronunciar palabra y cuando él la cuestionaba, ella asentía para que pareciera un sí.    Después de varias "pláticas" decidió regresar con nuevas ideas. 

Con extrañeza sus compañeros lustradores de zapatos lo vieron regresar después de varios días y no porque lo extrañaran sino porque parecía un personaje diferente, ahora venía vestido llamativamente, con pantalones de colores pero no los de moda que traían los que entraban al edificio de los hombres de traje, era evidente que los pantalones también se los había hecho su abuelita, con toda buena intención pero sin sentido de la moda y la proporción; además llegó gritando estridentemente al hablar, frases que sonaban ridículas.  Todos mostraron cara de asombro, se miraron unos a otros y contuvieron la risa, sabían que si se burlaban de él, podría caer en una terrible depresión, ya había mostrado lo importante que era para él la aceptación, tampoco los mostraron emoción alguna, se limitaron a observar y a pensar cómo cambiaría ahora su relación. 

La verdad es que sí hubo cierto cambio, pero Juan José seguía adulándo y compitiendo para ganarse sustanciosas y a veces no tan sustanciosas propinas; sin embargo los señores abuelita tejedorade traje se dieron cuenta de que ahora, además de hacer lucir su calzado, podría divertirlos y es que esa forma nueva de hablar les parecía graciosa, ahora sería además de su adulador lustrador, un simpático payasito……

continuará….

 

 

EL LUSTRADOR DE ZAPATOS, parte 1 – El Inicio

junio 30th, 2016 No comments

ASÍ INICIA LA HISTORIA DE EL LUSTRADOR DE ZAPATOS…..

Apareció en uno de esos cajones en donde los boleros guardan todos los instrumentos que requieren para practicar su oficio.  Era un bebé muy pequeño, parecía desnutrido y descuidado y tendría entonces unos 10 meses, pero era demasiado pequeño.  Así como estaba, la familia que tardó varias horas en darse cuenta de les que habían dejado a un bebé abandonado en su puerta, lo recibieron con cariño e inmediatamente dispusieron todo para darle una mejor vida; era su naturaleza, eran buenas personas.  Siempre se preguntaron porqué los habían elegido a ellos, aunque los vecinos que los conocían  intuían y casi podían asegurar que la madre de aquel pequeño los conocía muy bien y por eso los eligió.  

El Lustrador

El pequeño creció siendo muy querido, los padres Maria y José (sí, así se llamaban porque ella había nacido el 24 y él el 25 de diciembre, no es coincidencia.  Aunque sí es coincidencia que en un matrimonio ambos nazcan en fechas tan particulares….. pero eso no nos importa.  Aunque no deja de ser curioso) lo trataron siempre como si fuera su verdadero hijo y le llamaron José Juan y educaron a sus demás hijos José María y María José para que lo trataran como el hermano menor.   

A pesar de los esfuerzos de toda la familia para que José Juan fuera como ellos, él nunca se quiso separar de su cajita de bolero, era lo que le daba seguridad y aunque en otras cosas sí se adaptaba, en eso nomás no.  La llevaba a todos lados, al cine, a casa de los abuelos, a la escuela, a casa de sus amigos (que lo veían raro), era parte de él.   A la familia no le molestó nunca porque poco a poco José Juan fue demostrando el talento especial que tenía para lustrar zapatos, se le daba de manera natural y para los 7 años ya era un experto.  

Alcanzó a terminar la preparatoria y no quiso seguir, no se le daba eso de entender cosas más profundas, le gustaba leer por encimita y no más.  Tenía muy claro que se ganaría la vida lustrando zapatos, para eso había nacido…… 

CONTINUARÁ….