SOMOS CAMBIO CONSTANTE

diciembre 9th, 2018 No comments

Deberíamos entender a tiempo que somos cambio constante, que no se atrapa la luz del sol con las manos, ni se retiene el agua en movimiento.   Somos un poco como el viento que nunca se detiene, corre a la velocidad que quiere pero nunca se queda, es el mismo pero siempre diferente y nadie lo atrapa ni lo retiene, el viento es libre y en su libertad abraza o solo acaricia y sigue.  

El viento cuando se detiene deja de existir y quien busca retenerlo pierde la vida en ello porque se atrapa lo que percibe la piel, pero no lo que es del alma, eso se graba y permanece libre.   Por eso la piel lleva cicatrices y el alma la existencia misma. 

Absolutamente todo perece, aún las piedras sin vida se erosionan y se van. Solo vive y sobrevive lo que a del alma, lo que hace latir el corazón.

Somos evolución, desapego y libertad y lo contrario nos apaga el alma. 

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EL TAPETE ROSA que era brillante

noviembre 15th, 2018 No comments

En el tapete viejo y gastado apenas se adivinaba el color rosa brillante que había sido el principal atractivo cuando decidimos comprarlo, ya no lucía como en aquellos días que nos llamó tanto la atención, tampoco se hundían en él los pies ni su textura se sentía tan suave que acariciara a quien la pisaba, pero seguía siendo mi tapete rosa que era símbolo y testigo de los últimos 15 años de mi vida. Llevaba en sus tejidos un poco de mi vino favorito, ese Pinot Noir francés del que ya les he platicado y que alguna vez por exceso de consumo o por exceso de tristeza había vertido en él distraídamente; me había escuchado además llorar sola mis pérdidas y desamores, también había estado ahí cuando reía sola o con alguien cerca, si mi tapete pudiera hablar podría hasta contar mi negocio secreto con Gustavo del que también les he hablado…. pero es fiel y se que no dirá nada, ni de eso ni de nada hasta que se concrete algo…

Pero como dije al principio, “lo compramos”, mi pareja y yo en aquel entonces de construir castillos en el aire y ahora que nos habíamos separado repartíamos las cosas. Armando me pedía precisamente el tapete rosa para usarlo provisionalmente en su nuevo departamento, yo francamente nunca he sido de pleito y me gusta conciliar pero….. el tapete rosa es otra cosa, no es un objeto cualquiera que se pueda regalar así nomás, es como de mi familia, se podría decir. Así como otros llegan a acariciar a su perro o a su gato, yo acaricio mi tapete rosa y lo alimento, a lo mejor involuntariamente pero lo alimento, por ejemplo, está lleno de migajitas, unas dulces de cuando no estoy a dieta y sufro un episodio de ansiedad y como galletas o de migajitas saladas de harina de nopal de cuando digo que me voy a portar bien y como tostadas de las que dicen que engordan menos, en fin ¡el tapete es mío por derecho, porque yo he pasado más tiempo con él y soy yo quien lo ha descuidado más!.

Hoy viene mi ex por lo que se piensa llevar y tiene en mente llevarse el tapete rosa brillante que ya no es ni rosa ni es brillante. En dos horas, cuando se haga el reparto de lo poco que acumulamos juntos, terminará para siempre nuestra historia que podría haber durado…. lo que duró, ni un día más. No me lo imagino junto a mi con sus manías exacerbadas, eso de andarme diciendo a mi edad que no anduviera descalza o tener que aguantar su ropa tirada o roncar a mi lado hasta la eternidad me parece demasiado castigo para cualquier pecado cometido. Había que ponerle punto final a esto, ya no nos teníamos tanto amor, ni tanto recuerdo que nos mantuviera juntos, pero sí un tapete rosa que no es que fuera una ancla ni representara mi intención de aferrarme a algo que no existía, solo era mi tapete rosa.

Pensé en recortarlo en pedacitos y distribuirlo por toda la casa para que cuando llegara Armando no lo viera, pero significaba desmembrarlo. Un día me asomé por la ventana y vi 10 taxis en el sitio de enfrente, reconocí a don Agustín que es quien me llevaba al aeropuerto cada mes que salgo a la playa, bajé corriendo con mi tapete rosa y le supliqué que lo pusiera de forro del asiento del copiloto para que Armando no lo viera. Don Agustín accedió y yo me grabé las placas de su automóvil para no perder de vista mi tapete, los números y letras se convirtieron en mi oración diaria para no olvidarlas. Armando llegó y no encontró el tapete, yo fingí no saber que había sido de él pero los números y letras de las placas (matrícula) estaban pintados en mi pared con letras rojas y yo no cesaba de repetirlos. Armando que me conocía un poco descubrió mi plan o por lo menos lo imaginó por las decenas de veces que hice algo parecido durante nuestra relación.

Semanas después Don Agustín se hacía el ausente cuando yo iba al sitio de taxis a preguntar por él, pero logré encontrarme con su taxi estacionado y en segundos con un destornillador me hice de sus placas (matrícula) y me las llevé a casa y esperé sentada junto a la puerta a que tocara el timbre, me hice de algo muy valioso.

Doce horas después y con la espalda hecha pedazos abrí la puerta y me encontré con Don Agustín abrazado a mi tapete rosa que parecía aliviado de verme. No mediamos palabra y le entregué sus placas que eran su patrimonio y él él me dio lo mío que era parte de mi historia.

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LA SONRISA DE JUAN QUE NUNCA VOLVÍ A VER.

octubre 24th, 2018 No comments

Era un niño pequeño delgado de piel morena y  cabello negro, tenía una sonrisa que iluminaba todo su rostro y el de quien la pudiera ver, tenía  8 años.   Yo me había prometido nunca contar estas historias que remueven un poco el alma, pero al alma hay que recordarle de vez en cuando que está viva y es necesario refrescar en la memoria lo aprendido para que jamás se olvide.  Lo que no haré es mencionar el nombre que yo lo tengo bien grabado en el corazón igual que su imagen desde el día que lo conocí.  Aquí lo llamaré Juan. 

Llegué el primer día de trabajo preparada con lo que había aprendido en la universidad y la experiencia adquirida durante los dos años de trabajo en la escuela que estaba a la vuelta de mi casa que era  de religiosas a la que asistían niñas de alto nivel socioeconómico.  En este lugar especial tendría bajo mi mando y solo por un par de horas al día a un grupo pequeño formado por no más de 10 niños de distintas edades que oscilaban entre los 6 y  17.  En este entonces yo tenía 29 años.  

En cuanto entré el primer día al espacio que no tenía puerta y sí  un enorme ventanal que daba a un patio de concreto con un árbol enorme y algunas macetas, vi a los 10 niños  sentados, callados, muy bien peinados y bañados, algunos de ellos vestidos con ropa que no correspondía a su talla por ser ropa donada por alguna institución o algún civil.  Estaban  atentos con los ojos bien abiertos esperando que yo hablara. Les di los buenos días y nos presentamos.  Cada uno me dijo su nombre y qué año escolar cursaba antes de  llegar a este lugar.  Les expliqué que les daría unas  tareas para hacerme una idea del nivel académico que tenía cada uno y sobre eso trabajar individualmente.  Me sorprendió su reacción cuando escucharon la palabra "tarea" y se voltearon a ver entre ellos, los ojos les brillaban y tomaron con cuidado los lápices para empezar a  trabajar en silencio.  En esos primero minutos  me di cuenta de que había llegado a un lugar mucho más especial de lo que yo había imaginado, ahí había mucho amor a la vida sin que los niños  supieran que lo demostraban.

 Pasaron semanas y nos fuimos conociendo más, algunas veces cuando faltaba personal en otra área, la directora suspendía mi clase para que yo apoyara con niños de otras edades  y solo veía desdibujarse la sonrisa de los 10 niños que me esperaban para leer cuentos, tomar lecciones, hacer cuentas o lo que nos tocara ese día,   los veía de lejos salir al patio del árbol grande con poco ánimo para jugar y mirando constantemente a nuestro "salón" por si yo entraba a buscarlos.  Para ellos su clase era muy importante, no les interesaba tener recreos ni días libres, pasaban encerrados todos el día lejos de sus familias y esto era lo más cercano que podían tener a una escuela 

 Juan trabajaba con mucha dedicación, sus brazos delgados con cicatrices grandes y  visibles se movían apresurados cuando escribía y cuando dibujaba; yo les ponía igual atención a todos pero Juan era especial, todos los días me recibía con un abrazo tan fuerte como se los permitiera su cuerpecito frágil.   Lo único que  podía distraerlo era su hermana, una pequeña de 4 años que escapaba llorando de su grupo para buscarlo y Juan amoroso dejaba lo que estaba haciendo para abrazarla y sentarla en sus piernas hasta que dejara de llorar, le decía que pronto volverían a casa juntos con su abuela y su mamá.  Juan no mencionaba a su padre.

Yo no podía preguntarles a los niños por qué razón habían llegado a este lugar especial de estancia temporal, pero podía suceder que un día uno llegara cantando y bailando al "salón" y al siguiente día distraído o ausente.  Esos días eran los días de más aprendizaje pero no para ellos, esos días aprendía yo y los respetaba.  Después de 10 meses fue el turno de Juan y tuvo que salir, iba muy arreglado, sonriente, con el cabello  bien cortado, era de los privilegiados que nunca había tenido piojos y además  ese día había ido el peluquero que hacía labor social con ellos, probablemente vería a su abuela y por fin se irían a casa él y su hermana.  Lo abracé para despedirlo y desearle suerte, tampoco tenía autorizado mencionar algo relacionado a cualquier religión, pero dentro de mi recé porque le fuera bien. 

Al día siguiente llegué unos minutos antes de la clase para ver a Juan y que me platicara todo lo bien que le había ido o tal vez ya no vería a Juan porque se había ido con su abuela y su hermana y aunque pensar eso me daba tristeza porque supondría que no habría podido despedirme de él, me ponía feliz la idea de saberlo feliz.    La llegada de Juan interrumpió mis pensamientos, traía la cabeza agachada y arrastraba los pies,  me abrazó como todos los días pero en esta ocasión con un abrazo más largo que terminó inundando de lágrimas sus ojos,  tomé su cara de las mejillas y le pregunté qué le pasaba.  "mi mamá está muerta y yo tuve que decirle a un señor que estaba detrás de un escritorio que yo, escondido abajo de la cama y tapándole los ojos a mi hermana, vi como mi papá la golpeaba.  Hoy viene la abuela por nosotros y nosotros no nos vamos a volver a ver".  

Ese fue el último día que vi a Juan, ese fue el año que más aprendí.   Hoy solo me gustaría saber que Juan es un hombre feliz. 

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LA NIÑITA EN LA ESCALERA

septiembre 29th, 2018 No comments

Esta casa es demasiado fría, demasiado oscura y demasiado grande.  Mi lugar favorito  es la escalera de servicio que sube y baja entre el comedor elegante que mi mamá cuida mucho y que solo se usa en ocasiones especiales y la cocina estilo mexicano.   Lo que me gusta de esta escalera  es que se pueden cerrar con llave las puertas de arriba y abajo y como casi nunca se usa, nadie sabe que se convierte en mi espacio.   Me la sé de memoria, la he subido y bajado caminando, corriendo, resbalándome sentada, y deslizándome como si fuera una resbaladilla, son18 escalones y es angosta porque es de servicio, eso dice mi mamá;  aquí nunca me da frío, ni cuando me he quedado dormida,  mi mamá ha puesto algunos cuadros de adorno en las paredes blancas que tienen una textura rugosa y nunca he entendido para qué los pone si la mayoría del tiempo esta escalera está cerrada y nadie los puede ver y cuando se usa, las personas encargadas del servicio llevan charolas cargadas de bebidas o comida y seguro ni se fijan en los adornos.  Quien más usa esta escalera soy yo y tampoco veo los adornos porque siempre que estoy aquí está oscuro, jamás prendo la luz. 

Cuando estoy aquí, la casa no me da miedo, al contrario, me hace invisible como nos  gusta a los más pequeños de las familias grandes, me llevo la pequeña linterna de mi hermano Carlos sin que se de cuenta, aunque a lo mejor sí sabe, pero creo que le caigo bien y un cuaderno que guardo un poco escondido en mi habitación para que mi mamá no se deshaga de él, por eso conservo el cuentito que le escribí a mi papá en primero de primaria, hoy ya voy en tercero y me gusta releerlo cuando no se me ocurre nada. 

Cuando estoy de vacaciones o no voy a la escuela paso mucho tiempo en este lugar y  alcanzo a oler los aromas que salen de la cocina y trato de adivinar qué están preparando para la comida, eso lo único que a veces me hace salir de la escalera y cuando empieza alguna plática me siento en el último escalón tratando de escuchar lo que platican y es entonces cuando empiezo a imaginar historias.  

 A mi la Navidad, el Año Nuevo y los días de fiesta me gustan mucho porque a veces viene mi abuela Aurora que es muy cariñosa conmigo, cuando ella está no necesito estar en la escalera, ella me platica cosas de cuando mi papá era niño y por eso a él le puedo escribir cuentos que cuando los lee, sonríe.   

En una ocasión después de una fiesta de adultos que seguramente terminó muy tarde, alguien dejó en el primer escalón de arriba hacia abajo, una charola llena de vasos y copas de cristal que pateé al entrar a oscuras en la escalera, todo se rompió y yo me resbalé 6 escalones sin soltar mi cuaderno, mi lápiz y la linterna de Carlos, sentí en mi pierna derecha un poco de calor y el correr de un hilo de lo que después supe que era sangre; nadie en casa escuchó mi caída porque las habitaciones de esa casa grande, fría y oscura están muy lejos de la cocina y el comedor elegante y aunque me ardía un poco no sentí se me hubiera enterrado ningún vidrio, buscando con las manos encontré una servilleta de papel entre los vidrio rotos, teniendo cuidado de no tocar ninguno que me pudiera cortar y con eso contuve la sangre para poder escribir en mi cuaderno que se sentía un poco mojado entre lo que se había derramado de los vasos y la sangre que salía de mi pierna.   Ese día pasé mucho tiempo en la escalera y escribí sobre mi bicicleta azul y me apropié el accidente que había tenido mi hermana hacía unos meses cuando se rompió un brazo, en mi cuento era yo y me rompía la pierna, ese cuento no se lo compartí a mi papá porque no le gustaban las cosas trágicas y seguramente no vería su sonrisa que tanto me gustaba.

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A SUSANA LE GUSTA LA LLUVIA….

septiembre 4th, 2018 No comments

Dice Susana que la lluvia le trae recuerdos, vive en una ciudad al norte del país en donde hace mucho calor y llueve poco por eso estoy segura de que la aprecia más.  Me contó que cuando llueve, siente que se detiene el tiempo y yo creo que como yo, hace una pausa en  lo que esté haciendo para verla,  creo que también para sentirla porque dice que le gusta el sonido del agua cuando cae y parece una canción de amor, esto de la canción lo digo yo que siempre hablo de esas cosas que tocan el alma y siempre estoy enamorada.    

A mi también me gusta la lluvia,  nunca he conocido a Susana en persona, pero sí la conozco porque  comparte algunas cosas de su vida en tuiter que es nuestro punto de reunión.   A ella y a sus hermanas cuando eran niñas su mamá les daba permiso de salir a mojarse y ella sentía que cuando el agua corría por su cuerpo se limpiaban los pecados.  Yo creo algo parecido, creo que el agua purifica y reanima, restablece, despierta, mueve recuerdos y les regresa la vida.   

Además me gusta la lluvia cuando estoy descalza en el pasto que se vuelve como una alfombra verde clara, brillante y suave en donde se hunden los pies en cada paso hasta que decides no moverte más y quedarte en un lugar fijo, mientras el resto del jardín comparte  sus exacerbados olores y los colores  de las  flores tienen más vida, porque aunque suene extraño, eso de estar vivo tiene sus matices y siempre se puede estar más o menos vivo.  Con el agua de la lluvia suben los niveles de todo lo que tiene vida. 

Dice Susana que ahora ya no sale al jardín cuando llueve porque sabe del peligro de los rayos y le da miedo.  A mi a veces cuando me acuerdo de también me da miedo, pero yo no tengo tan buena memoria como Susana y se me olvida.   Le voy a decir a Susana que el agua de la lluvia también cura el miedo y diluye la tristeza porque arrastra las lágrimas y cuando estás feliz te cubre completa como en un abrazo para que la felicidad no se escape y te dure muchos días y si se puede unos meses, sobre todo esos meses de sequía de su ciudad al norte del país…..

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LA HISTORIA DE PAULA

agosto 15th, 2018 No comments

Paula es de un pueblo de Guerrero, pero vive en la Ciudad de México hace muchos años, ya es casi de aquí porque aquí  conoció a su esposo también de Guerrero y aquí nacieron sus dos hijos.   Yo la conocí hace unos 13 años cuando llegué a vivir a esta casa, "es la portera del condominio" me dijo la vendedora de la casa y me enumeró todos los servicios que prestaba Paula, me pareció una mera formalidad porque todos conocemos perfectamente las labores una portera en un condominio de 5 casas.   

Paula servicial y amable como me había parecido que era, me ayudó con la mudanza, vigilaba la puerta y revisaba el camión para verificar que no se robaran nada.   Poco a poco los fui conociendo  a ella y a su hijo Gabriel de la misma edad de mi hijo mayor.   El esposo de Paula había llegado con ella al condominio y aquí habían nacido sus dos hijos, era panadero y se llamaba Moisés como su hijo mayor que por cierto  se había casado muy joven y se había ido a vivir a Guerrero por recomendación de sus padres y es que la Ciudad de México es cara y para vivir y en la portería no habrían cabido dos familias.  A Moisés padre que le gustaba mucho el trago y no lo conocí porque  había muerto en un pleito allá en Guerrero en una de sus idas a visitar a la familia  unos años antes de que yo llegara,  según me dicen antes las escapadas a Guerrero no eran tan frecuentes, pero cuando Paula quedó viuda, con justa razón, buscó apoyo en la familia, sobre todo de su hijo Moisés. 

Pero las cosas y las personas no son siempre como uno las percibe en la primera impresión, nunca son ni tan perfectas y si son malas, tampoco son tan malas, hay que conocerlas bien, observar, analizar, conocer y si se puede, tratar de entender.  

Paula en realidad sale más de vacaciones que yo y cualquiera de los vecinos,  va a Guerrero por lo menos unas 10 veces al año; entre semana sale al mercado, al doctor, a platicar con quien ella vea por su ventana que va pasando por la calle, todo eso cuando quiere, en realidad no tiene horario ni calendario de vacaciones.  Le molesta además abrir la puerta a las visitas que llegan a alguna de las 5 casas, tampoco atiende la mensajería, ni los servicios a domicilio; sí puede lavar los coches si se lo piden y si se lo pagan que es lo justo porque en realidad no es parte de sus obligaciones…. como las otras que no realiza.   Paula tampoco saca la basura de las casas y ni riega los jardines.  

Pero yo no me enojo, Paula es una mujer trabajadora a su modo que se cuida poco la diabetes y no anuncia  a nadie su epilepsia, se cuida sola.   Lo único que presumía siempre eran la excelentes calificaciones de su hijo Gabriel espigado y alto como dicen que era su padre, Gabriel el menor de los hijos de Paula, el de la misma edad de mi hijo.  Cuando Gabriel terminó la preparatoria, algunos vecinos ofrecimos ayudarle a seguir con la universidad, era una gran oportunidad y lo merecía por que además de estudiar, trabajaba ayudando a su madre, pero Paula dijo que no, que Gabriel tenía que ponerse a trabajar para ayudarla.  No entendimos a qué le tenía que ayudar si no pagaban renta y los vecinos aportaríamos algo parecido a una beca.  

Gabriel consiguió entonces un trabajo y se iba muy temprano, uno de los vecinos que además era su padrino, le regaló un coche para que pudiera ir y venir rápido y para que su madre estuviera tranquila, era un Sentra blanco de la Nissan que no tenía más de 5 años.  Gabriel que como lo he dicho,  de la misma edad que mi hijo mayor, se hizo adulto  rápido y le tocó ser el señor de la casa  para traer dinero  y cuidar a su madre.  Pero también como el señor de la casa que había conocido, le gustó eso de tomar mucho.  

Una madrugada hace 4 años Gabriel no llegó del trabajo a la hora de siempre, tampoco llegó en la madrugada y Paula que no había dormido nos avisó y nos preguntó a los vecinos qué podía hacer….  Entonces llegó una patrulla a casa, eran dos policías preguntando por Paula: Gabriel había chocado en el coche que le regaló su padrino y estaba internado en un hospital de la Ciudad de México, no dieron más informes, entonces el padrino de Gabriel llevó a Paula a ver a su hijo.  Un par de horas nos avisaron que el panorama no era bueno y  buscamos trasladarlo a un hospital en el que pudiera recibir mejor atención pero no se le podía mover, era peligroso por su delicado estado.  

La agonía de Gabriel duró un fin de semana, del viernes al lunes que murió, tenía 24 años como mi hijo mayor y también como a mi hijo mayor, todavía le quedaba mucha vida. 

Por eso  yo no me podría enojar nunca con Paula, a lo mejor si no se cuida como el otro día que tuvo una convulsión y perdió dos dientes que gracias a otros vecinos ya tiene de nuevo, pero nada más por eso, por no cuidarse.   A los pocos meses de morir Gabriel Paula recogió un perro de la calle que se llama Korbi y es su compañero; recuerdo que hace unos meses una vecina de no muy buen carácter le exigió que se deshiciera de él porque los porteros no tienen derecho a tener un perro, pero Paula lloró 3 días y además ya es parte de los vecinos más que la portera. Claro que la llevamos por su perro que por cierto, es el más educado del condominio.   

Yo no veo llorar a Paula pero estoy segura de que lo hace en las noches y por eso la saludo todos los días sonriendo y de buenas aunque yo amanezca de malas. 

QUÉ SE HACE CON EL AMOR…

julio 18th, 2018 No comments

El amor viene en formas, tamaños y tiempos distintos y cada quien con el suyo hace lo que quiere y no sólo lo que puede.

El amor que se entrega es el que más crece, porque el que se guarda se pone triste, se queda solo, se apaga y muere irremediablemente….

El amor que se recibe a veces quema hasta que se hace costumbre y es calor cuando se necesita; otras veces es palabras y otras veces silencio, es alimento.

Algunos cuando reciben amor se lo comen de un bocado y se lo acaban, otros lo cuidan y lo saborean; lo que no lo reconocen lo observan hasta que le entienden, los más tristes nunca le entienden porque el amor solo se explica cuando se siente y los que están tristes no le hacen un espacio y entonces se va.

Cada quien hace con el amor que tiene lo que quiere y cuando ya es mucho lo entrega.

Al que se recibe habría que abrazarlo, retenerlo y nunca dejarlo ir…..

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LOS DETRACTORES DEL AMOR

junio 4th, 2018 No comments

Y es que el amor a veces tiene muchos detractores que lo malinterpretan, que hablan mal de él, que lo desconocen y le estorban para que se caiga.

Los detractores del amor cuando lo ven florecer buscan su raíz para arrancarla porque los pone nerviosos que los otros se abracen y se besen, tanta felicidad les da miedo porque saben que no van a tener con quien llorar sus temores de no alcanzarlo jamás, porque el amor los hace temblar y eso les asusta.

Lo más peligroso de los que no quieren al amor es que mienten para alejarlo y que se vaya y destruyen y hacen marejadas de odio devastadoras que el amor no sabe contener, no sabe defenderse porque el amor es distraído en sus fantasías y nomás sueña y vuela entre nubes y suspira y no se da cuenta de que no lo quieren, de que le ponen obstáculos; pasa las noches contando estrellas y el día esperando entre suspiros que llegue la noche para soñar de nuevo.

Por eso al amor hay que cuidarlo y vigilarle los pasos para que no se caiga ni se pierda ni se olvide, al amor hay que protegerlo y envolverlo con abrazos que lo cubran todo y no dejen pasar a los que no lo quieren.

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LA VELOCIDAD DEL TIEMPO….

mayo 22nd, 2018 2 comments

Debí recordar que el tiempo no tiene palabra, que avanza a la velocidad que más le gusta,  le gusta tener el poder y controlarlo todo. 

Yo presumía de mi puntualidad, de mi hábito de llegar siempre 10 minutos antes para estar a tiempo, creía que en mi historial de arribos en la vida tenía saldo a favor.   Hoy creo que a algunas personas,  vidas y lugares llegué muy tarde o a destiempo, a lo mejor porque nunca he vivido con prisa y probablemente no  conocí bien ni entendí a tiempo el tiempo, no aprendí nunca a convivir con él y lo he dejado operar solito. 

Conocer el tiempo es saber cuándo dejar de soñar, cuándo despedirse y cuándo llegar.  Y eso no se aprende nunca, aunque parece que algunos lo dominan la verdad es que no es cierto porque después se dan cuenta de que se marcharon demasido pronto o que también como yo, llegaron tarde.  Nadie puede afirmar que conoce el tiempo y mucho menos que lo domina porque el tiempo es cambiante, escurridizo, es inestable. 

El tiempo se transforma con crueldad cuando se está rompiendo el corazón, se vuelve lento y doloroso, así son los finales tristes, eternos, así son las agonías, casi perpetuas.   En la espera y cuando se extraña el tiempo es infinito, tambien así es cruel.  

Al tiempo parece que le molestara que los demás sean felices, no le gusta quedarse y caminar despacio en donde encuentra abrazos y sonrisas amorosas, parece que se hubiera peleado con el amor en algún momento y no quisiera estar junto a él por largo rato.  Se va volando, se va de prisa, al tiempo no le gusta que el amor dure y se vuelve suspiro y es efímero.  Al tiempo le gusta que lo aprecien, que lo valoren, le gusta que le digan que vale oro porque es cierto, al tiempo hay que atesorarlo y agradecerle cuando se queda un rato cuando somos felices y cuando decide irse después de la tristeza.  Al tiempo hay que aprovecharlo como se aprovechan los enamorados cuando se encuentran y se regalan miradas. 

Así es el tiempo.  Yo por eso no uso reloj. 

¿EN DÓNDE SE QUEDARON LOS SUEÑOS?

abril 14th, 2018 No comments

Entre todos los recuerdos que guardamos existen unos maravillosos, algunos no tanto y otros que quisieramos borrar para siempre.   Por alguna razón son los malos recuerdos, los que duelen y lastiman, esos que quisiéramos olvidar para siempre, los que revivimos.    Dice el refrán que "recordar es volver a vivir" y eso es bien cierto con todo lo que implica porque no solo es recordar el momento, sino todo lo que sentimos y lo que vivíamos mientras sucedía.  La música, los aromas y otras cosas nos ayudan a evocar recuerdos de momentos que se quedaron atrapados en nuestros sentidos y muchos en el alma, esos son los más valiosos.

Revisar las fotos es una buena  manera de recordar, creo además que es un buen ejercicio para el alma.   Hace unos días tomé una maleta llena de fotos que tenía un poco olvidada.    Mis fotos  tienen su propia historia como las de todos; con paciencia revisé una por una  sin un orden coronológico, lo hice conforme las iba tomando.  

A cada foto le dediqué unos minutos para recordar lo que pasaba en mi vida en el momento que la tomaron, en qué lugar estaba, en qué país o qué festejaba; me detuve a observar los rostros, el mío y el de los que me acompañaban (si así era el caso),  después hice una pausa en mis ojos,  analicé mi mirada  para recordar qué pensaba, qué quería, qué soñaba, quién era yo entonces y qué había cambiado en el camino.   Unas fotos me revivieron momentos muy felices, la verdad es que fueron la mayoría pero me topé con dos en los que me vi con una mirada profundamente triste.  En estas dos fotos me tardé más y no por masoquismo, nomás por la necesidad de responderme algunas preguntas.  Encontré algunas pausas de mi vida y sueños a medias,  recordé cosas que apenas ahora entiendo así como las decisiones que tomé.     Por fin apliqué eso de que "mientras haya vida hay esperanza" y es que no existe ningún sueño por lejano que sea que no se pueda cumplir, ninguna meta que no se pueda recuperar, ni ningún error que no se pueda corregir de alguna manera aunque los hechos sean irreversibles.  Tengo una amiga que dice que tienes que quedarte como estás porque así lo decidiste en algún momento de tu vida y la verdad es que yo en eso no estoy de acuerdo. La vida y nosotros mismos somos cambio. 

Porque los errores no se corrigen borrándolos, sino asumiendo las consecuencias y poniéndoles remedio y que lo que aun tenga vida, sobreviva y lo que ya no respira que muera y  pase.   Ninguna situación debe ni puede ser eterna y mucho menos si hace daño.  Lo bueno que se quede y evolucione.